La adversidad es la prueba de fuego del liderazgo. Los líderes consistentes son personas preparadas para el éxito y para la dificultad. Digieren éxitos, enfrentan dificultades.
Hay momentos en que asumir el liderazgo es navegar y decidir entre dudas y presiones. Dudas que nacen de pensar más que de temer. Y presiones, porque en los momentos críticos es cuando se espera que los líderes tomen decisiones. Y es en estos momentos cuando los líderes tienen la presión de tener que tomar decisiones que fácilmente pueden hacerles parecer mediocres. Y a la vez impulsar la autonomía y empoderamiento de sus equipos. Eso es decidir para multiplicar.
Liderazgo frente a la incertidumbre
En tiempos turbulentos los líderes menores se parapetan en sus equipos y procrastinan hasta que la realidad toma la decisión por ellos. Los líderes consistentes no desean el protagonismo que les ofrece la coyuntura. Se preocupan por que se cumpla la misión de la empresa de una forma lo más ágil posible. La misión es lo más estable cuando todo se torna en volátil. Pensar en misión, en propósito y hacerlo con agilidad y para desatar la agilidad. Los líderes están para inyectar confianza y rumbo a los equipos. Rumbo para focalizar, confianza para explorar caminos, aunque no sean recurrentes.
Necesitamos liderazgos que no mengüen ante la incertidumbre. Cuando todo es obviedad no se requiere tanta consistencia a los líderes. Y es en la incertidumbre, cuando todo son presiones, cuando los líderes consistentes saben escuchar, especialmente escuchar lo que no se dice, como nos recordaba Peter Drucker. Lo que no dicen los clientes, lo que no dicen los equipos, lo que no dice la sociedad con claridad.
Quizás lo más importante en el liderazgo es no solamente tomar decisiones en la excepcionalidad, sino también saber crear la necesidad del cambio cuando los contextos son más estables. Los líderes tienen que saber manejar las incertidumbres, pero también plantear las transformaciones que se esconden peligrosamente en las certidumbres que dormitan en las inercias.
Las herramientas del líder no son muchas, pero son potentes. Su ejemplo por encima de su retórica. Su capacidad de inspirar y no simplemente la capacidad de mandar. Su capacidad de dar sentido a las agendas de todos los que forman parte de sus equipos y crear perímetros de confianza donde las personas puedan crecer. Definitivamente los líderes son personas que crecen haciendo crecer a personas. Líderes que saben que liderar es servir sin aspavientos.
Xavier Marcet
Presidente de Lead To Change, empresa de consultoría en innovación y estrategia con sede en Barcelona, Boston y Santiago de Chile.
Actualmente es Presidente de la Barcelona Drucker Society, Presidente del Patronato de la Escuela de Negocios EUNCET, profesor part-time de la BSM de la UPF y articulista habitual de La Vanguardia.