En los últimos años, el síndrome de burnout o síndrome de desgaste profesional, ha captado la atención de investigadores y de la sociedad en general como una respuesta al estrés crónico en el ámbito laboral. ¿Qué es realmente el burnout y cómo afecta a los empleados y a las organizaciones? En esta entrada de blog, analizaremos este fenómeno desde sus orígenes hasta las estrategias para enfrentarlo.
Definiendo el Burnout: Más que solo estrés laboral
El concepto de burnout surgió en 1974 del investigador Freudenberger, como una respuesta al estrés derivado de la presión laboral. Sin embargo, su complejidad va más allá de una simple reacción individual al estrés, involucrando también aspectos contextuales y relacionales en el entorno laboral, de modo que se define como una respuesta al estrés emocional e interpersonal crónico en el trabajo, causado por un desequilibrio entre las demandas laborales y los recursos disponibles para el trabajador.
Maslach (2001) definió el síndrome de desgaste profesional a partir de sus tres manifestaciones principales: el agotamiento emocional, la despersonalización y la falta de realización personal, las cuales implican tres facetas de estudio distintas. Estas dimensiones reflejan el desgaste individual, la desconexión con el trabajo, la disminución de la eficacia laboral y las dinámicas interpersonales negativas que pueden surgir en el trabajo.
- Agotamiento emocional: Es la sensación de estar física y emocionalmente agotado, con una falta de energía para enfrentar las demandas diarias. Se manifiesta como un declive en los recursos personales necesarios para el trabajo y la vida cotidiana.
- Despersonalización: Refleja una actitud negativa y distante hacia el trabajo y las personas con las que se interactúa en el ámbito laboral. Esta dimensión puede generar distanciamiento emocional.
- Falta de realización personal: Se caracteriza por sentimientos de incompetencia y de baja productividad en el trabajo. La persona puede experimentar una disminución en la satisfacción laboral y la sensación de no lograr metas importantes.
Factores contribuyentes al desgaste profesional
Se han elaborado diversos modelos explicativos en las últimas décadas para explicar los factores que llevan a la aparición de burnout, que incluyen aspectos personales y propios del entorno de trabajo, los cuales influyen la capacidad de la persona para enfrentarse a sus responsabilidades laborales. Entre dichos factores, se encuentran la relación entre las demandas y los recursos laborales, aspectos personales como la resiliencia, elementos del entorno de trabajo como la autonomía, y la capacidad de conciliación con la vida personal.
Factores:
- Demandas laborales: Las altas demandas laborales, como la carga de trabajo, la ambigüedad en los roles y el estrés, pueden agotar los recursos físicos, mentales y emocionales de una persona.
- Recursos laborales: Son los aspectos del trabajo que ayudan a cumplir con las demandas laborales y promueven el crecimiento personal. La falta de recursos, como el apoyo social y la autonomía en el trabajo, puede aumentar los efectos negativos de estas demandas, llevando a conductas de desapego y abandono laboral.
- Factores personales: Aspectos individuales relacionados con la resiliencia, la motivación intrínseca, el optimismo y la autoeficacia, actúan como variables mediadoras del síndrome de desgaste profesional, ya que ayudan a los trabajadores a afrontar las demandas laborales y alcanzar sus objetivos.
- Entorno laboral: La comunidad laboral, la cultura de empresa, y la coincidencia de valores entre la persona y la organización son predictores de la aparición de burnout.
- Autonomía en el trabajo: El grado de control que una persona percibe tener sobre su trabajo juega un papel crucial en la prevención del burnout. Cuando los empleados tienen la capacidad de influir en las decisiones que afectan su trabajo y disfrutan conciliación personal, tienen más probabilidades de experimentar satisfacción laboral y menos estrés.
- Flexibilidad laboral: Los empleados que tienen la oportunidad de adaptar sus responsabilidades laborales a su vida personal reportan niveles más bajos de estrés y agotamiento, lo que destaca la importancia de los modelos de trabajo flexibles en la gestión del bienestar laboral.
Consecuencias del Burnout
El burnout, más que una mera fatiga laboral, tiene impactos significativos a nivel personal y organizacional. Por ello, es crucial abordar estas dimensiones, diseñando e implementando intervenciones tanto a nivel organizacional como individual para prevenirlo y abordarlo correctamente.
- Efectos organizacionales: Las investigaciones destacan consecuencias para las empresas y organizaciones, como el abandono o la intención de abandonar el lugar de trabajo, el absentismo laboral, un mayor número de rotación y bajas laborales, y la reducción de la productividad.
- Efectos personales: A nivel individual, la fatiga crónica y la falta de valoración en el trabajo pueden desencadenar síntomas psicológicos como la ansiedad o la depresión.
- Efectos sociales: Las principales consecuencias a nivel social están asociadas con las actitudes y conductas negativas desarrolladas por el individuo como resultado del burnout, que pueden conllevar la deterioración de las relaciones interpersonales, conflictos interpersonales, la evitación de conflictos sociales o la pérdida de una red de apoyo.
Intervenciones, prevención y conclusiones
Para abordar la problemática del síndrome de desgaste profesional, las organizaciones pueden promover políticas que fomenten la equidad, la autonomía y la flexibilidad laboral, así como establecer objetivos claros y proporcionar recursos adecuados a los empleados. A nivel personal, es importante que los trabajadores desarrollen estrategias de afrontamiento saludables, busquen apoyo social y mantengan un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. El trabajo flexible y la conciliación personal pueden ser herramientas efectivas para mitigar el riesgo de burnout.
En conclusión, el síndrome del burnout es un problema significativo en el entorno laboral actual, con consecuencias tanto para los individuos como para las organizaciones. Comprender dicha problemática implica reconocer sus dimensiones y los factores que contribuyen a su desarrollo. Al priorizar el control, la flexibilidad y el apoyo tanto a nivel individual como organizacional, es posible mitigar los efectos negativos del burnout y promover un entorno laboral más saludable y productivo, contribuyendo así al éxito a largo plazo de la organización.
Artículo elaborado por Cristina Freire, HR Consultant en Mur&Partners, graduada en Psicología de la Salud por la Universidad Oberta de Catalunya y en Criminología por la Universidad de Barcelona, actualmente especializada en el área de Recursos Humanos.